10 diciembre 2011

TRES LIBROS PARA PEÑA NIETO


TRES LIBROS PARA PEÑA NIETO
 (Con todo y autores)


"Como dijo el gran escritor José Luis Borgues" -Vicente Fox
 Después de los sucesos de la pasada Feria Internacional del Libro en Guadalajara, no me queda duda de que Enrique Peña Nieto es un chingón de chingones. Esto debido a que el precandidato presidencial del PRI ha sido capaz de escribir un libro que habla de temas sociales, económicos y políticos, sin siquiera haber leído uno completo (recordemos que en sus propias palabras ha leído pasajes de la Biblia), lo que sin lugar a dudas lo convierte en la envidia de politólogos, economistas, políticos, novelistas, poetas y porqué no, también de los guionistas de las telenovelas de Televisa.  

 El aspirante a Presidente de México se hubiera visto "menos" mal si hubiera dicho algo como: "NUNCA EN MI VIDA HE LEÍDO UN PINCHE LIBRO, PERO ESTOY DISPUESTO A QUE USTED, SEÑOR REPORTERO, O CUALQUIERA DE LOS AQUÍ PRESENTES ME RECOMIENDE UNO, BUENO, TRES Y YA EL PRÓXIMO AÑO LES PLATICO CUÁL ME GUSTÓ MÁS O LES MIENTO LA MADRE POR SUS GUSTOS".  

 Repito, se hubiera visto menos "pinche", como decimos, si EPN hubiera dicho lo que escribí en el párrafo anterior, ya que de esa manera les habría dado a sus más fieles seguidores un arma para defenderlo y defenderse de todas las burlas y choteadas que se generaron entre la gente mientras se toma un café en la oficina, en los recesos en las aulas universitarias o en las reuniones con los amigos, pero con lo que escuchamos y vimos, ahora sí que ni cómo ayudarles a aquellos peñistas que vislumbran en el pasado las soluciones al presente.  

 Yo en verdad quiero aprovechar esta oportunidad y proponerle tres libros a Peña Nieto. El primero sería "El Principito", de Antoine de Saint-Exupéry. Le recomiendo éste ampliamente ya que si el candidato priista fue capaz de escribir un libro sobre cómo solucionará los problemas de un país en caos, con tan solo haber leído algunos pasajes de la Biblia y el lomo de “La silla del águila", por consiguiente, después de leer esta obra, que en realidad es fantástica, sin lugar a dudas EPN podrá escribir libros sobre física espacial, algún estudio cuántico o los próximos manuales de la NASA. 

  El segundo que le recomiendo más que un libro, son varios: puede escoger entre todo el catálogo que le han publicado a RIUS, el famoso monero puede explicarle muchos temas de la política nacional e internacional, histórica o contemporánea de una manera clara y sencilla con todo y dibujitos. Eso sí, le aclaro que tampoco es como leer la caja del cereal en el desayuno, pero si le garantizo que algo se le quedará. Además, todos los libros vienen con su bibliografía muy bien puesta por si desea profundizar en alguno de los temas. Puede comenzar con "El fracaso de la educación en México" o "Economía al alcance de todos", ya que se anda postulando para dirigir el futuro de este país le conviene más uno de estos dos que la hojeada que le dio a la "Presidencia Imperial" del derechista Krause.  

 Mi última recomendación es un cómic, que en ocasiones los venden empastados como libros e incluyen varios episodios. Le propongo Rubí, de Yolanda Vargas Dulche; no es lo mismo que la versión de telenovela que usted vio por Televisa, pero por lo menos podrá continuar con el hábito de la lectura mientras defeca y de esa manera ya no la defeque como en Guadalajara. Conociendo sus gustos, estoy seguro que le fascinara.  

En estos últimos días de descalificaciones, entiendo que los amantes de las redes sociales y algunos medios lo han evidenciado. Es por eso que yo me he atrevido a presentarle las anteriores recomendaciones. Chance y en una de esas mientras esté departiendo con sus amigos Galilea Montijo, Adal Ramones, Kawashi o Elba Esther Gordillo, pueda usted expresarse un poco sobre el “Principito” y los sorprenda cuando ellos le platiquen del último libro de Yordi Rosado.  

 Hasta siento que es injusto que el grupo de mercadotecnia del Revolucionario Institucional lo haya llevado ante tal público inquisidor. Mejor le hubieran arreglado la agenda para que presentara su material político en el próximo festival de Acapulco o en los premios de TV y Novelas. Entre sus cuates, la pregunta hubiera sido: ¿Cuáles son sus tres “novelas” favoritas y qué actor ha influido más en su vida? Así ni quien se riera, estaría en sus meros moles...chale, hasta me sorprende que no hayan pensado en eso.  

 Una cosa quedó clara y es tan grave como lo de los libros favoritos de EPN: el delfín del grupo Atlacomulco se vio perdido y confundido ante la pregunta en la Feria Internacional del Libro. Sorprendido y rebasado, volteaba para todos lados, extrañado de no haber previsto cuestionamiento tan obvio. De seguro molesto por la situación, su vida política que siempre ha sido llevada y cargada en una burbuja rosa, había reventado en un evento al parecer inofensivo. De ahora en adelante sería un Vicente cualquiera; de ahora en adelante la polémica sobre si actuaba por si mismo ha quedado revelada: Peña Nieto vive un guión escrito por un grupo de personas y cuando no sabe lo que dice la página siguiente no tiene capacidad para resolverlo por sí mismo.  

 ¡Títere, mereces convertirte en un niño de verdad! Mi última sugerencia para ti, es “Pinocho”, de Carlo Collodi.  

Gracias por tomarse el tiempo de leer ATREVETE, REACCIONA, el blog por donde pasa el hombre libre.  

 LALO ORTIZ

25 agosto 2010

LA MUERTE DE NACHO CORONEL parte 1 y 2

NOTA DEL BLOG: EL PRESENTE ARTÍCULO FUE DISEÑADO PARA DOS ENTREGAS, FINALMENTE DECIDÍ MEJOR HACERLO EN UNA SOLA, UN POCO MÁS LARGO DE LO HABITUAL, PERO SIN DUDA EMOCIONANTE.

-Muerto el perro se acabo la rabia... ¿será?...


El pasado 29 de julio, el cuerpo de Nacho Coronel exhaló su último suspiro mientras se encontraba en su residencia ubicada en una de las colonias más exclusivas de Guadalajara y Zapopan, debido a un operativo militar. La noticia sorprendió a más de uno, desde sus vecinos, colegas y rivales, hasta políticos y empresarios locales y nacionales. En la ciudadanía había quien se preguntaba quién era Nacho Coronel. Su nombre, para el grueso de la población, no era una rima cotidiana en comparación con el del “Chapo”, el “Lazca” o el “Mayo”, entre otros. Sin embargo ese mismo nombre significaba otra cosa para las autoridades, los carteles, las fuerzas castrenses, así como para el gobierno de los Estados Unidos de América.

Nacho Coronel fue alumno de Amado Carrillo, “El señor de los cielos”, y uno de los más importantes capos mexicanos que han existido. Sus últimos años los pasó en la cúpula del Cartel del Sinaloa, junto al “Chapo” Guzmán y al “Mayo” Zambada; vivió preferentemente en Jalisco, donde se movió por los círculos sociales más privilegiados del estado tapatío, entre los políticos jaliscienses, los empresarios, las autoridades locales y los mafiosos de las drogas. Su ascenso fue sorprendente y vertical, llegando a controlar no sólo la ruta de cocaína sino también el 50% de las drogas sintéticas. El también llamado “Rey del cristal”, regó de laboratorios clandestinos el territorio y supo en que momentos cambiar de lado, con quien aliarse y de quien cuidarse. Comprendió la importancia de ser sigiloso, de corromper, de vender y de actuar.

Antes de su muerte, un hijo suyo de 16 años fue levantado y jamás apareció. El capo cobró venganza. Otros miembros familiares fueron detenidos. Los rumores de su detención comenzaron a circular por diferentes medios, así como, y esto es lo más importante, el aumento de su poder comenzó a circular de boca en boca. En sus últimos momentos, Coronel sabía de su persecución, aunque, según dicen algunos medios, no se lo esperaba tan pronto y tan rápido, confiaba que tenía algunas horas o días de más.

Hace algunas semanas, el semanario Proceso público un artículo acerca del Rey del cristal. Se volvió entonces más público y sonado que nunca. En dicha publicación se hacía referencia al aumento de su poderío, de lo incógnito que pasaba y de los expedientes de la DEA que indicaban que Nacho contaba con el capital, la gente, la influencia, el territorio y el poder para organizar su propio cartel y emanciparse del de Sinaloa. Los rumores de la creación de su propia organización circulaban por doquier. Sorpresivamente, días después Nacho Coronel cayó abatido en su exclusiva residencia.

El capo que procuró moverse en el anonimato se convirtió en blanco de sus enemigos; su cabeza tenía precio, tanto económico como político. Meses atrás, otro capo de la droga llamado Arturo Beltrán Leiva, murió en un operativo a cargo de los marinos de la Armada de México, en su fastuoso departamento, ubicado en una zona privilegiada de la ciudad de Cuernavaca, Morelos. “El barbas” e Ignacio Coronel compartieron la misma suerte: la muerte a manos de un operativo destinado, precisamente, a matarlos. Sin embargo, estos no fueron similares en su ejecución ni en sus operadores, ya que el primero cayó a manos de los marinos de la Armada de México y el segundo por las balas del Ejército Mexicano.

En ambos casos reinan las dudas y las irregularidades. Arturo Beltrán Leiva fue acribillado en una balacera impresionante, donde el fuego cruzado entre marinos y narcotraficantes terminó con la vida de por lo menos dos civiles inocentes, vecinos del lugar. Cuando terminaron con el capo, los efectivos de la Armada de México desnudaron su cuerpo ensangrentado y lo llenaron de billetes nacionales y de dólares americanos; entonces procedieron a fotografiarlo y después exhibieron las imágenes. En el caso del Cachas de diamante, por otra parte, el Ejército Mexicano tuvo más cuidado en la ejecución del operativo y prefirió no circular ninguna imagen del narco muerto. Esto dio pie a dudas sobre su fallecimiento, hasta que el mismo semanario Proceso las publicó en la edición no. 1763. Si bien lo realizado por los marinos fue grotesco, lo hecho por el Ejército de no publicar ninguna fotografía del capo muerto, atenta contra el derecho de los ciudadanos a ser informados, más aún en una situación caótica y de desconfianza como la que vivimos actualmente.

No es para nadie un secreto que las fuerzas castrenses mexicanas y varias autoridades conocen el paradero y la mayoría de las casas de seguridad que poseen los narcos. Ahora bien, la muerte de un capo tan importante no es cosa del azar, ¿quién podría estar detrás de todo esto? Calderón sabía del operativo y lo permitió, aun sabiendo que ese día visitaría Guadalajara y Zapopan, ¿Qué tal si las cosas no hubieran salido dispuesto a lo planeado? El Presidente de México sería exhibido públicamente una vez más.

Sumando los siguientes factores: La capacidad y el interés de Nacho Coronel de tener su propio cartel, su posible, inevitable o consumada emancipación de Joaquín Guzmán; su control sobre más del 50% de las drogas sintéticas y el trasiego de cocaína, en Jalisco por lo menos y el hecho de que el capo ya había pertenecido a diferentes organizaciones durante su carrera delictiva (por ejemplo, en algún momento fue socio del “Barbas”, después terminó siendo su enemigo). Ahora, sí todavía agregamos a todo lo anterior, el profundo interés del Gobierno Federal de revertir la opinión pública generalizada acerca de la derrota parcial, o la victoria invisible en esta guerra contra el narco; así como las opiniones públicas de la prensa, los intelectuales, los políticos y las autoridades que hablan de un apoyo de Calderón al cártel del Chapo Guzmán, las desaventuradas declaraciones de ”los Pinos” en algunas circunstancias problemáticas como las acontecidas en Cd. Juárez y Coahuila, los pocos avances en la materia y la creciente oleada criminal que ahora incluye narcoterrorismo; aparte de los ya clásicos descabezados, colgados, levantados y hasta disueltos en ácido, así mismo el deseo del ejército de recobrar protagonismo después de haber sido desplazados por los marinos de la Armada de México en algunos operativos, así como de tener fuertes críticas en contra por violaciones en materia de derechos humanos, nos da como resultado un duro y potencial peligro para el Chapo y el cártel de Sinaloa, la coyuntura idónea para el ejército mexicano de lucirse en la ejecución de un operativo y la oportunidad para Felipe Calderón de revertir su imagen de protector del cártel de Sinaloa y de mostrarse como líder en la lucha contra los narcóticos.

La posible confabulación del Chapo con Calderón no parece para nada imposible. El capo obtiene los beneficios y el control del negocio en la zona, para quedarse él u otra persona de su confianza (o alguien ha escuchado del decomiso o desmantelación de los laboratorios que manejaba Coronel). Al mismo tiempo, elimina a un posible enemigo en crecimiento, mientras que el -Presidente de México espera recuperar la confianza de los ciudadanos ante una guerra que parece fallida y poco productiva, al matar a uno de los hombres fuertes del cartel de Sinaloa, con la ilusión de ya no ser juzgado de proteger a dicha organización.

Algunas preguntas quedan en el aire tales como: ¿Seguía el Rey del Cristal en la organización de Joaquín Guzmán? ¿Se estaba convirtiendo en una piedra en el zapato de Calderón al ser publicado en el reporte de la DEA? ¿El Gobierno Federal pactó con el cartel de Sinaloa la muerte de Nacho?

El asesinato de grandes capos jamás será la solución para el problema que vivimos. Lo cierto es que, al contrario de lo que dice el refrán popular de “muerto el perro se acabó la rabia”, en el negocio del narcotráfico aplica otra máxima que bien diría “muerto el perro aparecerá otro perro, quizá más bravo, quizá más manso, pero perro al fin y al cabo”.
-LALO ORTIZ

20 julio 2010

¿QUIÉN NOS HA ROBADO EL MES DE JULIO?



La Revolución nos ha fallado parte 1



Preguntaría Joaquín Sabina “¿Quién me ha robado el mes de abril?” Nosotros bien podríamos revirar con un ¿quién nos ha robado el mes de julio? Quién… pero quién ha sido.



En la época de Porfirio Díaz los electores después de emitir su voto por el candidato oficial, ganaban el derecho de echarse a la panza un atole y un pan. Años más tarde, después de la efervescencia de la Revolución mexicana cambió el premio, pero no el método, y el PRI otorgó chesco y torta. Cambió muy ad hoc para la realidad mexicana, que ya para entonces rechazaba el atole y exigía una cocota en vidrio o en bolsa.

En las elecciones del año 2000, aún sin la edad para votar, salí a la calle con varios de mis amigos a celebrar lo que parecía un momento histórico: la alternancia democrática en México. Ingenuo como sólo un muchacho puede ser, creí en el fin del “establishment”, sin darme cuenta de que éste era un sistema y un método arraigado en las entrañas del país y con una experiencia suficiente para revertir la derrota en cualquier momento, que no responde a partidos sino a intereses.

La verdad me contagié de un cambio que nunca llegó. Habiendo nacido en una década de crisis (eso sí, con copa mundial y todo su show), y tras presenciar en el posterior decenio como los pocos dólares que ahorraba a tres pesos, encarecieron hasta a más de diez por el llamado “error de diciembre”—y sumando a esta situación que los pocos canales de televisión a los que teníamos acceso nos dieron noticias sorprendentes como el asesinato de Colosio, los tiroteos de los narcos en Guadalajara con la respectiva muerte del Cardenal Posadas, el atentado contra Ruiz Massieu perpetrado según algunos por el hermano de Carlos Salinas, los levantamientos del EZLN y del EPR, la figura del Subcomandante Marcos, el Tratado de libre comercio con los Estados Unidos y Canadá—supuse, como muchos otros mexicanos, que con la victoria de Fox (y de sus amigos) el país iba a cambiar.

La inercia de los cambios sociales mundiales a finales de la década de los ochenta y principios de los noventa, nos hizo festejar como si hubiéramos derribado nuestro “muro de Berlín”. Las primeras alcaldías y gubernaturas en manos de Acción Nacional y el ascenso del PRD en ciudad de México, vislumbraban ante nuestros ojos la posibilidad de un país democrático, donde corrigiendo los vicios podríamos construir una nueva nación.

En el caso concreto de las elecciones, se preveía un nuevo México donde se respetaría la voluntad ciudadana, donde no habría robo de urnas, ni voto de carrusel; un país donde las elecciones serían limpias y con alta participación ciudadana; donde las autoridades electorales no permitirían ni extorsiones, ni abusos electorales, ni compra de votos, ni tortas y refrescos en la jornada electoral; elecciones en las que no se inflaría el número de votantes, donde coincidirían las boletas depositadas con los votos contados, sin narco candidatos, sin narco casillas, sin acarreados.

Poco cambió para las intermedias federales del 2003, donde se repitieron las mismas prácticas y vicios de siempre, pero ahora aplicados en la medida de las posibilidades de cada candidato y de cada partido.

El de 2006 es el julio del olvido y el que nunca debemos olvidar. Es el de la elección presidencial que pudo ser el referente positivo de la democracia en México, y que terminó siendo una muestra vergonzosa de la herencia de las prácticas electorales que reinan en este país. A saber: la imposición de candidatos, el robo de urnas, la alteración de casillas, el pago de votos y la amenaza, entre otros. Sin pelos en la lengua y duélale a quien le duela, los ganadores del año 2000, los que fueron robados miles de veces en elecciones locales y federales, los de setenta años de lucha partidista, los que señalaron al PRI como ente fraudulento, son los mismos que terminaron traicionando su propia historia. Ellos que lucharon en nombre de la alternancia, terminaron matando a una niña pequeña de seis años llamada Democracia. (quiero aclarar que este artículo no trata de decir sí un candidato era mejor que otro, o atacar la ideología, partido o candidato de la preferencia de cada lector, sino del hecho fraudulento que aconteció.)

Los comicios de julio de 2009 y los de julio de 2010 podrían ser definidos como las narco elecciones. O igualmente como las de las alianzas bizarras e idiológicamente incongruentes o quizá las de los operadores electorales, esos mercenarios políticos que viajan por el país comprando votos.

Son razones como éstas las que me indican que el mes de julio nos lo robaron tanto los partidos políticos, como nuestra apatía a participar y analizar candidatos y propuestas alternas a las tradicionales. Porque hoy, en pleno siglo XXI, como desde hace más de cien años, persiste la famosa torta con refresco. Y sí analizamos fríamente aquella promesa de la Revolución de las elecciones democráticas, nos daremos cuenta, sin lugar a dudas, que la Revolución nos ha fallado.
-LALO ORTIZ
“La Revolución nos ha fallado”, será una serie de artículos que aparecerán en este blog a lo largo de este año 2010 con motivo del centenario de la Revolución, no continuamente sino esporádicamente.

01 julio 2010

HAZ SANDWICH



"La selección no hace goles, pero eso sí, hace unos sandwiches chingones"

...aficionado mexicano en internet

El marcador en Johannesburgo indicaba un 3-1 final. Messi y compañía celebraban la victoria, mientras Márquez y los suyos (o los nuestros) se retiraban del recién remodelado Soccer City. Esa noche la selección mexicana había sido derrotada por tres dianas con historia propia; la primera un error arbitral, la segunda un error de la defensa mexicana y la tercera un golazo del Apache Tévez que dejó enmudecido a todo México. La reacción azteca fue tardía e insuficiente.
Sin embargo, la historia de la selección mexicana estaba escrita días antes de su derrota el pasado 27 de Junio, pero siendo el fútbol un deporte benévolo donde se puede ganar, empatar o perder, el equipo mexicano aún mantenía posibilidades de avanzar al tan añorado quinto partido.

El mundial de Sudáfrica 2010 fue un episodio más de una historia que parece ser siempre la misma y que la gente ha sabido señalar con la frase, “jugamos como nunca, pero perdimos como siempre”. Otros más aventurados dicen que la “verde” jugó mejor que todos y que nadie desarrollaba nuestro estilo de juego.

Dejando a un lado pasiones y nacionalismos, México no jugó un buen mundial y los resultados respaldan la aseveración. ¿Por qué? El equipo azteca ganó un juego, empató otro y perdió dos; recibió 5 goles y anotó 4, una carencia de goles absoluta si analizamos que, en el mismo número de partidos, Argentina marcó 10, Alemania 9 y Holanda 7. No importa que tan bien o bonito lo hicieron en la cancha, en el fútbol, a diferencia del nado sincronizado, el ganador es quien logra anotar goles, avanzar a rondas posteriores y finalmente alzar la copa.

Como lo mencioné antes, la derrota del pasado 27 de junio ya estaba anunciada por la doble moral de los directivos del fútbol mexicano, que han poblado la liga de delanteros extranjeros, la mayoría de segundo o tercer nivel; argentinos, uruguayos, brasileños que no alcanzan a llegar a Europa y son atraídos por los inmensos salarios que ofrece nuestra liga, quitando del camino a los jóvenes que podrían sobresalir. Esta conducta es idéntica a la del aficionado mexicano que les cierra los lugares a los atacantes foráneos nacionalizados, por el simple hecho de no haber nacido aquí, sin importar que ellos legalmente ya sean tan mexicanos como nosotros.

Los grandes empresarios del balompié nacional nos han estado vendiendo una liga que lejos de ser competitiva, es deprimente y que, además, exporta a competiciones extranjeras a una ínfima parte de sus jugadores. Las televisoras nos han vendido un torneo nacional mediocre como si se tratara de una Champions League y a una selección que busca adversarios sólo para alzar ratings.

Después del espejismo que fue la victoria contra una Francia dividida por sus egos, salarios y arrogancias, aficionados mexicanos quemaban en pleno Ángel de la Independencia una imagen de José Ramón Fernández, uno de los pocos críticos objetivos con los que cuenta la prensa en el país. La razón de la quema pública: hacer críticas constructivas al equipo de todos. Al contrario de Joserra, los medios que monopolizan el fútbol en nuestra tierra transmitieron con gran alarido que ahora sí teníamos al mejor equipo de nuestra historia y al mejor técnico posible. Minutos después de la derrota contra la albiceleste, esos mismos medios generaron culpables como Guille, Bofo y Aguirre. Despotricaron contra ellos y llamaron a reflexionar sobre los destinos de nuestro fútbol, resaltaron la “mediocridad” y la falta de carácter de muchos seleccionados y los miedos y carencias del entrenador. Una vez más, la doble moral de las televisoras.

En mi opinión, queda claro, como diría el Lic. Juan Mario Solís en las redes sociales, que “México llegó a su techo futbolístico”. No da más, no da menos. Aunque algunas personas señalan la mediocridad como factor clave en la derrota de los verdes, la mayoría apunta como siempre con al DT Javier Aguirre, pero para mí el resultado es el mismo: eliminados como en 1994, 1998, 2002 y 2006 en los octavos de final.

La selección no pasó del México del sí se puede, al del ya se pudo, sino, como diría meses antes el mismo Aguirre, al México del estamos jodidos. Por lo menos futbolísticamente. Me queda claro que la población mexicana tiene mucho que dar y, que vivimos en el México del “no nos dejan”; que no existe una maldición de octavos de final, sino una maldita liga “chafa”, una maldita federación “corrupta”, unas malditas televisoras que prefieren “hacer sándwich” que ser objetivos y un maldito gobierno que le apostó a robarse el triunfo y los goles de un gran talento mexicano como lo es Chicharito, antes que realizar su trabajo.

El reto está claro para los seleccionados: presionar para que mejore la organización del balompié en nuestro país, porque mundial tras mundial las esperanzas se van en un Luis García, un Luis Hernández, un Cuauhtémoc Blanco, un Kikín Fonseca y, ahora, un Chicharito. Por lo demás, disfrutemos un mundial que ha sido emocionante y satisfactorio, esperando, en lo personal, que lo gané un país latinoamericano.

-LALO ORTIZ
lee el blog cada viernes. un lugar para la política,economía,gobierno,deporte,cultura

24 junio 2010

“PRECIOUS” Y EL INEVITABLE PESO DE LA POBREZA


Quien quiera que haya luchado contra la pobreza,
sabe lo extraordinariamente caro que es ser pobre...

- James Baldwin (escritor estadounidense)



Sí eres obeso y cada gramo de grasa de tu cuerpo equivale a un kilo de problemas en tu vida, literalmente estás jodido. Eso es lo que vive Precious (Preciosa), una adolescente negra neoyorquina que a su corta edad sufre una terrible realidad. Cruda, triste, seca, real, una película fuerte que sin duda alguna es altamente recomendable para romper un poco la burbuja diaria en la que vivimos y reflexionar sobre el inevitable peso que muchas personas cargan sobre sus espaldas debido a la pobreza.

Con dieciséis años Precious está embarazada por segunda ocasión, fruto de una violación. Su primera hija también fue concebida en la misma forma. Vive en Harlem, pero se ilusiona con vivir en las afueras de Nueva York, con su profesor de la preparatoria de quien está enamorada. Sueña con ser una estrella de la pasarela. Quisiera ser blanca, delgada y muy guapa. Jamás ha tenido novio, le gustaría que fuese claro. No sabe leer ni escribir correctamente. Su madre vive de la asistencia pública, es desempleada y, por si fuera poco, odia, insulta y golpea a su hija.


La película está inspirada en una novela, que no he leído por cierto, pero que sin duda alguna deja la pregunta sobre la mesa: ¿Es posible escapar de las condiciones de miseria?

La pobreza es un imán de muchos males, tales como los abusos sexuales, las drogas, el crimen organizado y el desorganizado, la mala alimentación, la ignorancia, etc. Un niño que crece ante tan caótica situación, ¿puede salir adelante? ¿Está en esos muchachos que han crecido en la marginación el poder lograr sus metas? ¿Tienen metas? ¿Crecen con anhelos o viven al día?

En un lugar como México en donde muchos de sus ídolos populares ya sean luchadores, boxeadores o futbolistas han logrado vencer las dificultades económicas, es común escuchar las muy crueles e injustas frases de “es pobre quien quiere serlo” o “el pobre es pobre porque quiere”. Dos aseveraciones absurdas que generalizan un problema serio, profundo y arraigado en lo más hondo de nuestra nación.

Sí bien hay personas que tienen las oportunidades para progresar o aprovechan o buscan la más mínima de ellas, también es cierto que al igual que Precious millones de niños y adolescentes mexicanos viven encerrados en círculos de pobreza. En estos prevalece la desolación y la desesperanza y lo de todos los días es un deficiente sistema educativo, empleos mal pagados o falta de estos, mala planeación familiar, fanatismos, pésimo gobierno, enfermedades, ignorancia, prostitución, crimen y, hoy más que nunca, crimen organizado.
Cientos de muchachos no imaginan una vida mejor ni tienen esperanza de salir de la que viven, ya que esa vida esta negada psicológicamente para ellos. Sobrevivir al día-día evitando confrontar a un padre alcohólico, drogadicto o depresivo, criar a un hijo después de haber sido abandonada o, quizá, ocuparse de trabajar por la ausencia de un padre para poder llevar comida a sus hermanos, entre otros múltiples ejemplos, es muchísimo más importante que pensar en un futuro diferente.

Quizá la próxima vez que escuchemos “el pobre es pobre porque quiere”, reflexionemos que existen millones de mexicanos que no desean serlo, sino que simplemente no conocen otra realidad.
-LALO ORTIZ

09 junio 2010

PONTE LA VERDE O PONTE LA VENDA



-Siento un poco de pena por la selección mexicana, porque tiene que cargar con el altísimo ego de 100 millones de personas y la obligación que le imponen sus medios de "hacer historia".... Aficionado Venezolano (www.fifa.com)-


Es oficial, el Niño Dios en su versión del Niño de los milagros es ahora un jugador más de la “Verde”, sui generis, kitsch. Los mexicanos le apostamos a todo y una vez más le rezamos al pequeño Jesús, para que nos ayude cual estudiantes antes de un examen y es que, mundial tras mundial, el pueblo viste al nazareno rogando por el milagro, ese milagrito de ver a “Rafita” Márquez levantar la copa, que para muchos es más importante que ver a sus hijos obtener el certificado de preparatoria u obtener un empleo.


Tengo que ser sincero con ustedes, Little Jesus” nos ha fallado a todos… bueno… a todos no, existe un grupo de mexicanos que han visto la mano milagrosa del señor descender sobre sus cabezas y llenarle los bolsillos con el excelente negocio que es la selección. Por ejemplo “la Federación Mexicana” que ha visto crecer sus arcas al enfrentar al “Tri” a equipos sin nivel en los Estados Unidos, haciendo de la nostalgia de los paisanos un negocio de millones de dólares.

Las televisoras son el gran ganador de la competencia mundialista, el hecho de que México participe en una de estas justas representa cuantiosas cantidades de dinero en patrocinadores. Lo mismo sucede al contrario, si el Tri no participa, las pérdidas de lo proyectado son mayúsculas, lo que causa el despido del seleccionador, quien en la banca es el único culpable de la ineptitud de los jugadores.

El último ganador es el Gobierno. La apuesta oficial es por el éxito de la selección mientras Ciudad Juárez se convierte cada vez más en una ciudad fallida, Tamaulipas se rompe entre bandas del crimen organizado, Nuevo León es invadido por sicarios y narcos que se refugian de los enfrentamientos en Reynosa. En general el país se desvanece entre nuestras manos y Calderón espera que la atención se desvíe de la realidad y ser él el general del equipo de la “unificación”.

En esta ocasión México enfrenta al anfitrión Sudáfrica en el partido inaugural, lo que no será nada sencillo si recordamos que ningún local ha quedado fuera en la primera ronda, que el ánimo, las ganas y la motivación que pondrán los “bafana-bafana” ante su público es un arma a su favor, además tendríamos que sumar que seguramente la FIFA apostará por los de Johannesburgo, debido a su esfuerzo por realizar la justa. De Francia se dice que no tiene un buen nivel en este momento y de Uruguay que se le gana porque se le gana. Tanto exceso de confianza podría llevar a la gente a una nueva desilusión, dentro de una coyuntura actual tan difícil como la vive México hoy en día con la ingobernabilidad, el narco, la crisis y la pobreza extrema.
Hombre por hombre “les bleus” y la “celeste”, tienen jugadores más conocidos en el ámbito mundial, todos titulares en equipos europeos. Simplemente, la delantera charrúa tiene en sus filas al campeón de goleo de la Liga holandesa, Luis Suárez, y al artillero campeón de la copa UEFA, Diego Forlán. Francia se dio el lujo de dejar fuera al delantero Benzema miembro del prestigiado Real Madrid, mientras que el delantero azteca Carlos Vela jugó solo dos partidos de la Liga premier.

Algo es seguro, México enfrenta un mundial duro y cerrado con demasiadas expectativas creadas por las televisoras, los patrocinadores y el gobierno federal, a quienes no les importa lo futbolístico sino lo económico, razón por la cual un partido de octavos de final debería ser suficiente recompensa para los aficionados, ya que mientras la liga, la formación de jugadores y los directivos no cambien su forma de trabajar, intenten cambiar CONCACAF por CONMEBOL y se mantengan en una mediocridad constante se ve lejana la posibilidad de que mí cuau levante tan prestigiado trofeo.


En lo personal espero que la selección luche y gane pero, sobretodo, que la afición no se empape de la mediocridad de la derrota y no se fanatice con el triunfo, sino que disfrute, eche porras y siga adelante, ya que nuestra realidad exige más que un partido de fútbol. Que éste no sea un factor de distracción total, sino de entretenimiento, y que la afición por fin se dé cuenta, como dice el refrán popular, que Dios no cumple caprichos ni endereza jorobados. Más que rezarle al niño de los milagros por el éxito de la selección, deberíamos antes mejorar nuestro tan deficiente sistema deportivo y no olvidar, cualquiera que sea el resultado del mundial, que nuestro país pasa por uno de sus peores momentos sociales, políticos y económicos.

LALO ORTIZ