24 junio 2010

“PRECIOUS” Y EL INEVITABLE PESO DE LA POBREZA


Quien quiera que haya luchado contra la pobreza,
sabe lo extraordinariamente caro que es ser pobre...

- James Baldwin (escritor estadounidense)



Sí eres obeso y cada gramo de grasa de tu cuerpo equivale a un kilo de problemas en tu vida, literalmente estás jodido. Eso es lo que vive Precious (Preciosa), una adolescente negra neoyorquina que a su corta edad sufre una terrible realidad. Cruda, triste, seca, real, una película fuerte que sin duda alguna es altamente recomendable para romper un poco la burbuja diaria en la que vivimos y reflexionar sobre el inevitable peso que muchas personas cargan sobre sus espaldas debido a la pobreza.

Con dieciséis años Precious está embarazada por segunda ocasión, fruto de una violación. Su primera hija también fue concebida en la misma forma. Vive en Harlem, pero se ilusiona con vivir en las afueras de Nueva York, con su profesor de la preparatoria de quien está enamorada. Sueña con ser una estrella de la pasarela. Quisiera ser blanca, delgada y muy guapa. Jamás ha tenido novio, le gustaría que fuese claro. No sabe leer ni escribir correctamente. Su madre vive de la asistencia pública, es desempleada y, por si fuera poco, odia, insulta y golpea a su hija.


La película está inspirada en una novela, que no he leído por cierto, pero que sin duda alguna deja la pregunta sobre la mesa: ¿Es posible escapar de las condiciones de miseria?

La pobreza es un imán de muchos males, tales como los abusos sexuales, las drogas, el crimen organizado y el desorganizado, la mala alimentación, la ignorancia, etc. Un niño que crece ante tan caótica situación, ¿puede salir adelante? ¿Está en esos muchachos que han crecido en la marginación el poder lograr sus metas? ¿Tienen metas? ¿Crecen con anhelos o viven al día?

En un lugar como México en donde muchos de sus ídolos populares ya sean luchadores, boxeadores o futbolistas han logrado vencer las dificultades económicas, es común escuchar las muy crueles e injustas frases de “es pobre quien quiere serlo” o “el pobre es pobre porque quiere”. Dos aseveraciones absurdas que generalizan un problema serio, profundo y arraigado en lo más hondo de nuestra nación.

Sí bien hay personas que tienen las oportunidades para progresar o aprovechan o buscan la más mínima de ellas, también es cierto que al igual que Precious millones de niños y adolescentes mexicanos viven encerrados en círculos de pobreza. En estos prevalece la desolación y la desesperanza y lo de todos los días es un deficiente sistema educativo, empleos mal pagados o falta de estos, mala planeación familiar, fanatismos, pésimo gobierno, enfermedades, ignorancia, prostitución, crimen y, hoy más que nunca, crimen organizado.
Cientos de muchachos no imaginan una vida mejor ni tienen esperanza de salir de la que viven, ya que esa vida esta negada psicológicamente para ellos. Sobrevivir al día-día evitando confrontar a un padre alcohólico, drogadicto o depresivo, criar a un hijo después de haber sido abandonada o, quizá, ocuparse de trabajar por la ausencia de un padre para poder llevar comida a sus hermanos, entre otros múltiples ejemplos, es muchísimo más importante que pensar en un futuro diferente.

Quizá la próxima vez que escuchemos “el pobre es pobre porque quiere”, reflexionemos que existen millones de mexicanos que no desean serlo, sino que simplemente no conocen otra realidad.
-LALO ORTIZ

09 junio 2010

PONTE LA VERDE O PONTE LA VENDA



-Siento un poco de pena por la selección mexicana, porque tiene que cargar con el altísimo ego de 100 millones de personas y la obligación que le imponen sus medios de "hacer historia".... Aficionado Venezolano (www.fifa.com)-


Es oficial, el Niño Dios en su versión del Niño de los milagros es ahora un jugador más de la “Verde”, sui generis, kitsch. Los mexicanos le apostamos a todo y una vez más le rezamos al pequeño Jesús, para que nos ayude cual estudiantes antes de un examen y es que, mundial tras mundial, el pueblo viste al nazareno rogando por el milagro, ese milagrito de ver a “Rafita” Márquez levantar la copa, que para muchos es más importante que ver a sus hijos obtener el certificado de preparatoria u obtener un empleo.


Tengo que ser sincero con ustedes, Little Jesus” nos ha fallado a todos… bueno… a todos no, existe un grupo de mexicanos que han visto la mano milagrosa del señor descender sobre sus cabezas y llenarle los bolsillos con el excelente negocio que es la selección. Por ejemplo “la Federación Mexicana” que ha visto crecer sus arcas al enfrentar al “Tri” a equipos sin nivel en los Estados Unidos, haciendo de la nostalgia de los paisanos un negocio de millones de dólares.

Las televisoras son el gran ganador de la competencia mundialista, el hecho de que México participe en una de estas justas representa cuantiosas cantidades de dinero en patrocinadores. Lo mismo sucede al contrario, si el Tri no participa, las pérdidas de lo proyectado son mayúsculas, lo que causa el despido del seleccionador, quien en la banca es el único culpable de la ineptitud de los jugadores.

El último ganador es el Gobierno. La apuesta oficial es por el éxito de la selección mientras Ciudad Juárez se convierte cada vez más en una ciudad fallida, Tamaulipas se rompe entre bandas del crimen organizado, Nuevo León es invadido por sicarios y narcos que se refugian de los enfrentamientos en Reynosa. En general el país se desvanece entre nuestras manos y Calderón espera que la atención se desvíe de la realidad y ser él el general del equipo de la “unificación”.

En esta ocasión México enfrenta al anfitrión Sudáfrica en el partido inaugural, lo que no será nada sencillo si recordamos que ningún local ha quedado fuera en la primera ronda, que el ánimo, las ganas y la motivación que pondrán los “bafana-bafana” ante su público es un arma a su favor, además tendríamos que sumar que seguramente la FIFA apostará por los de Johannesburgo, debido a su esfuerzo por realizar la justa. De Francia se dice que no tiene un buen nivel en este momento y de Uruguay que se le gana porque se le gana. Tanto exceso de confianza podría llevar a la gente a una nueva desilusión, dentro de una coyuntura actual tan difícil como la vive México hoy en día con la ingobernabilidad, el narco, la crisis y la pobreza extrema.
Hombre por hombre “les bleus” y la “celeste”, tienen jugadores más conocidos en el ámbito mundial, todos titulares en equipos europeos. Simplemente, la delantera charrúa tiene en sus filas al campeón de goleo de la Liga holandesa, Luis Suárez, y al artillero campeón de la copa UEFA, Diego Forlán. Francia se dio el lujo de dejar fuera al delantero Benzema miembro del prestigiado Real Madrid, mientras que el delantero azteca Carlos Vela jugó solo dos partidos de la Liga premier.

Algo es seguro, México enfrenta un mundial duro y cerrado con demasiadas expectativas creadas por las televisoras, los patrocinadores y el gobierno federal, a quienes no les importa lo futbolístico sino lo económico, razón por la cual un partido de octavos de final debería ser suficiente recompensa para los aficionados, ya que mientras la liga, la formación de jugadores y los directivos no cambien su forma de trabajar, intenten cambiar CONCACAF por CONMEBOL y se mantengan en una mediocridad constante se ve lejana la posibilidad de que mí cuau levante tan prestigiado trofeo.


En lo personal espero que la selección luche y gane pero, sobretodo, que la afición no se empape de la mediocridad de la derrota y no se fanatice con el triunfo, sino que disfrute, eche porras y siga adelante, ya que nuestra realidad exige más que un partido de fútbol. Que éste no sea un factor de distracción total, sino de entretenimiento, y que la afición por fin se dé cuenta, como dice el refrán popular, que Dios no cumple caprichos ni endereza jorobados. Más que rezarle al niño de los milagros por el éxito de la selección, deberíamos antes mejorar nuestro tan deficiente sistema deportivo y no olvidar, cualquiera que sea el resultado del mundial, que nuestro país pasa por uno de sus peores momentos sociales, políticos y económicos.

LALO ORTIZ